Estimados miembros de AA,
La semana pasada se dio a conocer la noticia de que hemos sacado 3 millones de dólares de nuestro Fondo de Reserva de Servicios Generales para mantener los servicios nacionales de AA que dan vida durante esta emergencia de COVID-19. Una carta del Gerente General de nuestra Oficina de Servicios Generales en Nueva York da más detalles.
La OSG es el canario en la mina de carbón y es posible que empecemos a oír, si no lo hemos hecho ya, de dificultades financieras similares que afecten a los Intergrupos locales (Oficinas Centrales), Distritos, Áreas y Comités de H&I. Estas entidades de servicio de AA proporcionan apoyo y servicios continuos a nuestros grupos e información al público en general y a los recién llegados, tanto dentro como fuera. Cada una de estas entidades sigue teniendo gastos de funcionamiento a pesar del descenso de las contribuciones que estamos viendo.
La pregunta de seguimiento obvia que he estado recibiendo es, "¿Qué puede hacer mi grupo para apoyar la continuidad de los servicios durante la crisis?" Muchos grupos se han movido en línea y están lidiando con la forma de manejar la 7ª Tradición - con la comprensión de la importancia de seguir recaudando fondos y la logística de cómo hacerlo.
Por supuesto, las necesidades del grupo siempre son lo primero y las circunstancias de los grupos y de los miembros del heno han cambiado drásticamente en los últimos tiempos. Sin embargo, planteo la cuestión de que, aunque no nos reunamos en un espacio físico, ¿no deberíamos esforzarnos por mantener nuestro mismo nivel de apoyo a las entidades de servicio de AA al que hemos contribuido durante las circunstancias normales?
La esperanza es que esto pueda servir como un recurso para aquellos en busca de la por qué y cómo cada grupo puede desempeñar un papel en el mantenimiento de la estabilidad de nuestra hermandad durante este tiempo inestable..... no sólo para aquellos de nosotros que ya han reclamado su asiento, sino también para el alcohólico que todavía tiene que encontrar las habitaciones.
Nuestro cofundador, Bill W., tenía una fe inquebrantable en nuestra confraternidad, en el sentido de que, al haber una comunicación clara sobre las necesidades, la confraternidad siempre daría un paso adelante y aportaría los fondos necesarios. Comparto su optimismo. Juntos, superaremos esto y saldremos del desafío actual con la misma vitalidad de siempre, demostrando que el autoapoyo es una cuestión de dinero, sí, pero mucho más.